LA MANO EXTRAÑA
Por eso lo más lógico es pensar que cada amanuense describa la vida de varias personas, y estas, a su vez, describan las de muchas otras, y así sucesivamente nuevos eslabones podrían entrelazarse de las maneras más intrincadas, formando una vasta red con millones y millones de conexiones. Él pensaba que esta red debía asemejarse a la mente de Dios.